Las divisiones en la sociedad GapFill

El final de la guerra reafirmó la división entre los ciudadanos españoles: los seguidores y los  opositoresencarceladosrepublicanosvalores al franquismo. En el caso de los franquistas, respaldados por un régimen  autocráticoelegidominoritarioemergente que les daba ventaja, se volvió a la normalidad, lo cual  implicabamandabareflejabadefinía la garantía de su seguridad personal y el derecho a una alimentación y vivienda digna. Por su cooperación  manifestandodelatandosolventandoempleando a cualquier ciudadano que no siguiera las normas impuestas por la dictadura, eran  buscadosrecompensadoscompuestosconcentrados a través de tarjetas de racionamiento. El bando ganador  prevalecíapromovíainstigabaobsesionaba a los ciudadanos a reconocer a Franco como un ser sagrado, a adoptar la fe católica y a sumarse a su campaña de  persistenciaerradicaciónpromociónintegración del comunismo. Por consiguiente, los nacionales y la Iglesia se convirtieron en una especie de ejército civil de Franco, con libre poder acusador y justiciero sobre los rojos. Las consecuencias serían espeluznantes y difíciles de asimilar. Por otro lado, si hay algo que todos comentan al recordar la dictadura desde el bando republicano, son dos cuestiones esenciales: el hambre y la represión. El sistema de tarjetas, discriminatorias e  intrínsecamenteinfrecuentementeinsensatamenteinfatigablemente injustas, condujo a gran parte de la población a la  pazesperanzamiseriadignidad. Algunos recurrieron al estraperlo; otros incluso mataron u ocultaron la muerte de familiares para intentar recibir más bienes. El bando perdedor vivía, además, con miedo. Siempre se corría el peligro de ser encarcelado, desaparecer o ser internado en un campo de concentración. Se premiaba a los delatores con favores, y los delatados carecían de derecho a juicio. El terror y la violencia  se esconderíanreinaríanse reclutaríanacudirían en las calles y los pueblos de España durante más de treinta años.