Las divisiones en la sociedad GapFill

Antonio, mi abuelo materno, era  astutoagradablecreativomanco de nacimiento. Acostumbraba a ir con su madre, mi bisabuela, a recoger a su padre, quien trabajaba en el  marcampoferrocarrilestudio. Uno de esos días, mi bisabuelo lo  encontrólloródesconfióatropelló mientras daba marcha atrás en la locomotora del tren, sin darse cuenta de que el niño jugaba entre las vías. Como resultado, mi abuelo perdió el brazo derecho a la edad de cinco años. Y, precisamente por esta razón, fue el único de sus cinco hermanos al que se le ofreció  devolvercursarcriticarsolicitar una carrera. Con la llegada de la guerra civil, la zona en la que él vivía fue  ocupadaexoneradaclasificadafavorecida por el bando nacional. En esa época se asumía que era de izquierdas  alguienciertacualquierninguna persona con educación. Esto favorecía a de mi abuelo; Franco no apreciaba las personas con espíritu crítico y liberal, con ideas propias que cuestionaran de  ningunacualquieralguiencierta manera lo establecido. Sin tener mucho tiempo para pensarlo, al llegar las  tropasmarchasejércitosoldados a León, mi abuelo se escondió. No podía luchar, al tener solo un brazo, ni tampoco quería unirse a los fascistas. Así, uno de sus cuñados, que era agricultor y ganadero, además de propietario de la mayoría de las tierras del pueblo, lo escondió en su molino durante casi un año. Al parecer, los únicos que lo sabían eran mi tío abuelo, el dueño del molino, y mi abuela. No podían arriesgarse, nadie debía saberlo puesto que por entonces había muchos que querían ser premiados por los franquistas, bien con mayor cantidad de alimentos, bien con otros  estractosanimalesbienesfiletes más difíciles de conseguir, como el carbón. Me resulta imposible imaginar el miedo de ellos tres durante tanto tiempo, con  copiosasfrecuentessincerasfurtivas visitas y charlas, y siempre con la amenaza de la muerte en sus mentes.